Actúa oportunamente contra el ACV

Enfermedades neurológicas relacionadas con el ACV

Enfermedades Neurológicas

enfermedades cerebrovasculares

Uno de los grandes desafíos que ha tenido que afrontar el sector salud, además de la pandemia de COVID-19, ha sido el diagnosticar y tratar a los pacientes con enfermedades neurológicas y/o Ataque cerebrovascular.. 


No es un secreto que alrededor del mundo las consultas y tratamiento de este tipo de enfermedades ha disminuido considerablemente por el temor que tienen las personas de contraer el virus que ha causado la muerte a más de 2 millones de personas. 


Pero no solo es el temor de los pacientes, de acuerdo a la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (WSO, por sus siglas en inglés), que ha monitoreado el comportamiento de esta enfermedad en el mundo, encontró que si bien una pequeña parte de los países han podido ofrecer los servicios y tratamientos para el ACV, la mayoría han tenido que reorganizarse afectando así la atención a esta patología. 


La WSO encontró que en países como Chile, Colombia, Irán, Grecia, Reino Unido, Bélgica e Italia, ha habido una drástica reducción del número de ingresos por accidente cerebrovascular agudo, en gran medida por el miedo que los pacientes tienen al infectarse con el COVID-19. 


Sin embargo, en otros países, el número informado de ingresos por ataque cerebrovascular agudo se ha reducido hasta en un 50% e incluso en un 80%, lo que sugiere que muchos pacientes con ACV moderado e incluso grave, que podrían beneficiarse de las terapias para el accidente cerebrovascular agudo, no están ingresando.


Asimismo, la WSO notó que la reorganización de los centros de salud y los espacios destinados a atender
enfermedades neurológicas y ataques cerebrovascular, ha conllevado a un servicio menos óptimo y a una redistribución de médicos, enfermeras y otros trabajadores relacionados con la atención médica de ACV para cuidar pacientes de COVID-19. 


Otro dato importante que reveló la organización es que ha nivel mundial se ha reducido la capacidad de ofrecer tratamientos endovasculares, incluso en algunos casos el tratamiento de trombolisis intravenosa se ha interrumpido. Esta interrupción ha dado como resultado un aumento en los tiempos de puerta a aguja y, en el peor de los casos, una pérdida completa de la ventana terapéutica. 


Estas cifras alarmantes han llevado a que tanto organizaciones médicas como pacientes pidan enfatizar en la necesidad de mantener los servicios de ACV agudos, preservar la atención para afecciones críticas como ataques cerebrovasculares y las estrategias para garantizar una atención óptima. 


Enfermedades neurológicas derivadas del ACV


El ACV es una de las mayores causas de discapacidad en todo el mundo, sin embargo, por un tiempo esta enfermedad estuvo clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una enfermedad cerebrovascular a pesar de la carga neurológica que tiene. 


Sin embargo, con el lanzamiento de la última revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (ICD-11), el ataque cerebrovascular se reclasificó como una enfermedad neurológica. 


Este cambio no solo reconoce que los neurólogos traten a los pacientes con ACV y que los supervivientes deban vivir con consecuencias neurológicas que cambian la vida, sino que también es probable que la financiación para la investigación de esta enfermedad sea mayor al igual que la prestación a los pacientes. 


El ACV al afectar el cerebro puede derivar en otras
enfermedades neurológicas que sin el tratamiento oportuno y correcto puede afectar el estilo de vida del sobreviviente. 


Una de esas enfermedades es la migraña, que si bien cualquier paciente la puede sufrir en aquellos que han sufrido un ataque cerebrovascular las probabilidades de sufrir de este dolor de cabeza es más alta. 


Se estima que uno de cada diez pacientes que han sufrido un ACV puede desarrollar migraña o dolor central. En la mayoría de los casos este dolor aparece en los tres primeros meses del evento y hay quienes lo presentan después del año. 


El nivel de la migraña depende en la gravedad de la lesión y el hecho de haber sufrido depresión predisponen al paciente a que este dolor se desarrolle. Además, que este dolor aparezca a los tres meses es indicio de una mala calidad de vida pasados tres años del ACV. 

Este dolor se asocia a más ansiedad, depresión y trastornos del sueño, además de una mayor dependencia funcional.

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¿Alzheimer? 


Aunque no está comprobado científicamente que tras un ACV la persona sufra de Alzheimer sí está comprobado que luego de un evento cerebrovascular el paciente sí verá un deterioro en su capacidad cognitiva sobre todo en la capacidad de pensar y planificar.


Según un informe publicado en la revista Journal of the American Medical Association, las víctimas de un ACV tienen más probabilidades de sufrir un deterioro acelerado de su pensamiento y habilidades de planificación durante al menos 6 años después del evento isquémico. 


En ese sentido, asegura el informe que los pacientes tienen un riesgo un 23% mayor de sufrir una pérdida mental adicional, en comparación con alguien que no  hubiera tenido un ACV.


Epilepsia


Existe una relación estrecha entre el ACV y la epilepsia, pues los ataques cerebrovasculares son la causa de epilepsia de inicio en la edad adulta en uno de cada diez casos y los pacientes mayores de 50 años con epilepsia tienen un riesgo de dos a tres veces mayor de sufrir un ACV en comparación con la población general. 


Al respecto, La Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE), define a las crisis sintomáticas agudas (CSA) como aquellas que ocurren dentro de la primera semana luego del ACV, mientras que las crisis no provocadas (CNP) se manifiestan pasado ese tiempo, es decir que si la persona tras un evento cerebrovascular sufre al menos un CNP cumple con el criterio de epilepsia.

 

Cabe destacar que si la epilepsia se trata desde la primera crisis, se reduce la probabilidad de sufrirla nuevamente, pues el 85% de las personas tratadas en este periodo suelen no presentar nuevas crisis y al segundo año se les diagnostica como libres de esa enfermedad. 


Otras enfermedades y secuelas


Tras un evento de este tipo y sin la intervención oportuna los daños pueden ser irreversibles y permanentes. Algunas de esas secuelas post ACV son: 


  • Dificultad para hablar.
  • Incontinencia.
  • Depresión y sentimientos de ira.
  • Inmovilidad de una parte del cuerpo. 
  • Agitación. 
  • Síndrome de Estrés Post Traumático.
  • Ansiedad. 


Los daños que puede causar un ACV pueden ser bastante graves si no se atiende a tiempo este evento y este ha sido el principal problema durante la pandemia, ya que los pacientes aún temen contagiarse con el virus. 


Para trabajar esta problemática es importante incrementar la educación a la población en general, es decir, enseñarle a las personas que no existe riesgo más alto que no acudir al centro médico ante la presencia de cualquiera de los síntomas de un ACV. 


Esto no solo evitará retrasos en la asistencia de manejo de ACV sino que disminuirá la probabilidad de que el paciente quede con secuelas o sufra, en el largo plazo de otras enfermedades neurológicas.


En RecaVar (Red Colombiana Contra el Ataque Cerebrovascular) estamos seguros que cualquier persona puede salvar una vida con el conocimiento adecuado, si le gustaría conocer más sobre nosotros y sobre este tema consulte nuestra página web https://www.recavar.org/ y síganos en nuestras redes sociales.

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