Los ataques cerebrovasculares son una emergencia médica, en donde el tiempo de atención es fundamental para evitar daños y consecuencias. Ante esta enfermedad surgen muchas dudas y mitos, pero ¿Cuáles de ellos son ciertos y cuáles no lo son?
No. Aunque después de los 55 años, la probabilidad de presentar estos ataques es más alta, no significa que personas más jóvenes sufran estos episodios.
No. Es importante aclarar que mientras más rápido el paciente reciba la atención médica adecuada, tendrá menos probabilidades de quedar con secuelas graves. No obstante, si esta no alcanza a llegar al servicio de salud dentro de las 4.5 horas, de igual forma debe recibir el tratamiento.
¡Recuerda! Por cada segundo que pase mueren 32.000 neuronas.
Sí. La gran mayoría de casos de ACV se pueden prevenir si se lleva un estilo de vida activa y saludable. Para esto se recomienda realizar diariamente actividad física, llevar una alimentación alta en frutas, verduras y proteínas, evitando el consumo de grasas saturadas, tabaco y alcohol.
Sí. Es importante resaltar que el estrés constante afecta la salud física mental de las personas. En algunos casos, la combinación de hábitos de vida poco saludables y un nivel elevado de estrés puede aumentar la probabilidad de presentar un ACV.
No. Cada vez que una persona sufre una amenaza o un ataque cerebral, hay un mayor riesgo de que se repita en el primer mes. Ten presente que cada 5 años 50 de cada 100 pacientes vuelven a presentar una amenaza o un ACV.
No. Si al paciente se le suministra alguna bebida, fármaco o alimento, podría asfixiarse y agravar su condición. Las mejores acciones que se pueden realizar al momento de ayudar a una persona con ACV es llamar a emergencias y acomodarlo de un costado, elevando levemente su cabeza.
No. La ley Colombiana establece que independientemente de la EPS, la persona debe ser atendida en cualquier hospital de alto nivel.
Durante un accidente cerebrovascular, una parte del cerebro no recibe la cantidad de sangre que transporta el oxígeno, es por esto que las células cerebrales empiezan a morir. Se dice que cada minuto que pasa durante un ACV mueren 2 millones de neuronas.
La causa más común de un ACV es un trastorno en una de las arterias. Generalmente, las arterias son suaves y elásticas, son las encargadas de facilitar el transporte del oxígeno y los nutrientes de manera eficiente a las células del cerebro y al resto del cuerpo. Un ACV ocurre cuando:
El grado de recuperación depende de la extensión del daño cerebral o tamaño del accidente cerebrovascular y de la rapidez con la cual se realice el tratamiento adecuado. Las personas que sufren un derrame menor, pueden tener deficiencias leves, como por ejemplo, debilidad en alguna extremidad.
En el caso de un ACV masivo, un paciente puede perder la capacidad de leer, escribir o hablar, en los peores casos también puede causar parálisis.
Con la terapia de rehabilitación, alrededor del 25% de las víctimas se recuperan con deficiencias leves y un 10% adicional se recupera casi por completo.
Según médicos expertos, los mismos alimentos que nos ayudan a mantener un peso saludable, prevenir la diabetes y las enfermedades cardíacas también pueden ayudar a prevenir un ACV. Lo ideal es consumir alimentos ricos en nutrientes tales como:
Cuando en el cerebro se corta repentinamente el suministro de sangre puede ocurrir un derrame cerebral silencioso, esto quiere decir que igual se causa daño en las células cerebrales, pero no hay señales de advertencia que alerten a las personas que lo están padeciendo. La única forma de saberlo es con una imagen cerebral (TAC o RM).
Se dice que por cada persona que tiene un ACV con síntomas, alrededor de 14 personas tiene un ACV silencioso.
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