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Hemorragia Subaracnoidea: síntomas y diagnóstico médico

Hemorragia subaracnoidea

De acuerdo con el manual MSD, una hemorragia subaracnoidea se define como un sangrado repentino dentro del espacio subaracnoideo comprendido entre la capa interna (piamadre) y la capa media (aracnoides) del tejido que recubre el encéfalo (meninges). Habitualmente, la hemorragia subaracnoidea aumenta la presión intracraneana durante días o incluso semanas.

La causa más frecuente de hemorragia subaracnoidea espontánea es la rotura de un aneurisma cerebral. Los aneurismas son dilataciones de una zona debilitada de la pared de una arteria. Pueden estar presentes al nacer (congénitos) o desarrollarse durante el transcurso de la vida a causa de la hipertensión arterial y el tabaquismo, siendo estos los principales factores de riesgo.

Así mismo, una hemorragia subaracnoidea puede producirse por un traumatismo como resultado de fuerzas externas, ya sea por un accidente o una caída. Las causas menos frecuentes son los aneurismas micóticos (debilidad en la pared del vaso sanguíneo relacionado con infecciones bacterianas), las malformaciones arteriovenosas y los trastornos hemorrágicos.


¿Cuáles son los síntomas de una hemorragia subaracnoidea?

De acuerdo al manual MSD, antes de la ruptura de un aneurisma, por lo general, no se producen síntomas a menos que presione un nervio o se escapen pequeñas cantidades de sangre.

Sin embargo, tras una ruptura suele producirse cefalea intensa durante segundos o extenderse a molestias entre los 5 y 10 días, acompañadas por breves pérdidas de consciencia, en algunos casos convulsiones e irritabilidad. Así mismo, otros síntomas y signos de alarma asociados pueden ser:

1. Dolor de cabeza, de carácter inusual y de manera repentina e intensa (llamado, a veces, cefalea en trueno).

2. Dolor facial u ocular.

3. Visión doble.

4. Pérdida de la visión periférica.

5. Confusión.

6. Fiebre.


De igual forma, exponen que la hemorragia subaracnoidea puede desencadenar efectos adversos como hidrocefalia y vasoespasmo.

- Hidrocefalia

En un plazo de 24 horas, la sangre de una hemorragia subaracnoidea puede coagularse. La sangre coagulada impide que el flujo normal de líquido que rodea el cerebro (líquido cefalorraquídeo) se evacúe efectivamente.

Como resultado puede aumentar la presión intracraneal. En este sentido, la hidrocefalia contribuye a síntomas tales como dolores de cabeza, somnolencia, confusión, náuseas, vómitos, además de aumentar el riesgo de coma y muerte.

- Vasoespasmo

El vasoespasmo es la contracción súbita (espasmo) de los vasos sanguíneos. Se presenta en aproximadamente el 25% de los sujetos, por lo general alrededor de 3 a 10 días después de la hemorragia. El vasoespasmo limita el flujo de sangre al cerebro. Consiguientemente, los tejidos del cerebro no obtienen suficiente oxígeno y mueren, como en el accidente cerebrovascular isquémico.

El vasoespasmo causa síntomas similares a los del accidente cerebrovascular isquémico, como debilidad o pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo, dificultad para usar o entender el lenguaje, vértigo y pérdida de la coordinación.

¿En qué consiste el diagnóstico de una Hemorragia Subaracnoidea?

Durante el manejo en el servicio en urgencias, se realizan diferentes pruebas de diagnóstico como:

- Tomografía computarizada

Inicialmente se realiza una tomografía que permite detectar si existe alguna hemorragia en el cerebro. Esta prueba se emplea a partir de una inyección de un tinte de contraste, que facilita la visualización de los vasos sanguíneos con mayor detalle a través de imágenes diagnósticas.


- Imágenes por resonancia magnética

A través de las imágenes por resonancia magnética se puede detectar sangrado en el cerebro y llevar a cabo un diagnóstico a partir de imágenes. Como la prueba anterior, también se dispondrá de un tinte en un vaso sanguíneo que permitirá visualizar las arterias y las venas con mayor detalle y resaltar el flujo sanguíneo.

- Angiografía cerebral

Esta prueba, no solo permite confirmar el diagnóstico de una hemorragia, sino que además permitirá visualizar la localización del aneurisma. Durante el procedimiento, es posible que inserten un tubo largo y delgado, denominado (catéter) en una arteria de la pierna, que será conducido hasta el cerebro. Posterior a esto, se inyecta un tinte en los vasos sanguíneos del cerebro para visualizarlo en imágenes obtenidas por rayos X.

A partir de esto, si estas pruebas no son concluyentes y no muestran un sangrado aparente, se puede optar por otros exámenes como:

- Punción lumbar

Esta prueba se realiza para determinar la presencia de sangre en el líquido cefalorraquídeo. Durante el procedimiento, se inserta una aguja en la parte inferior de la espalda para extraer una pequeña cantidad del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Si el líquido presenta sangre, puede indicar la presencia de una hemorragia subaracnoidea.


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