¿Cuáles son las consecuencias del consumo de alcohol sobre el estado de salud?

Consecuencias del consumo de alcohol. El consumo excesivo de alcohol es considerado un problema de salud pública ya que está vinculado con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, tales como obesidad, discapacidad, enfermedades cardiovasculares, cirrosis hepática, y diversos tipos de cáncer. También contribuye de manera significativa a la disfunción familiar, la violencia y los trastornos neuropsiquiátricos.

La ingesta de alcohol se encuentra asociada a patrones culturales, específicamente a las relaciones sociales. En este contexto, los individuos presentan dos formas de consumo pudiéndose reconocer el consumo moderado, socialmente aceptado que no produce consecuencias indeseables sobre el estado de salud, y el consumo crónico que constituye un problema de salud y conlleva a efectos devastadores sobre las condiciones de vida y de salud.

Las principales consecuencias del consumo de alcohol a corto plazo consisten en lesiones, accidentes vehiculares, caídas, violencia, homicidio, suicidio, agresión sexual, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual (ETS), aborto espontáneo, etc. Por otro lado, las consecuencias del consumo de alcohol a largo plazo pueden conducir a enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión arterial, enfermedad cardiaca, ataques cerebrovasculares, enfermedades hepáticas, cáncer, demencia, depresión, ansiedad, entre muchas otras.

Clasificación de la frecuencia de consumo de alcohol

• Abstinencia total: individuo que nunca ha bebido alcohol.
• Bebedor ocasional: individuo que consume cantidades moderadas de alcohol (menos de 20 ml) exclusivamente en ocasiones especiales, no más de 5 veces al año.
• Bebedor moderado: individuo que consume cantidades de alcohol inferiores a 100 ml, no más de 3 veces a la semana (300 ml semanal máximo). También puede definirse como aquella persona que experimenta menos de 12 estados de embriaguez al año. El bebedor moderado, constituye un grupo de individuos de alto riesgo de proceder a bebedores excesivos.
• Bebedor excesivo: se trata de aquel individuo que consume cantidades de alcohol iguales o mayores a 100 ml, más de 3 veces a la semana o experimenta 12 o más estados de embriaguez al año.
• Bebedor patológico o alcohólico: persona dependiente del consumo de alcohol que manifiesta síntomas físicos o psíquicos, independiente la cantidad y frecuencia de la ingesta.

Efecto del alcohol en el organismo

Tras la ingesta, el alcohol alcanza el torrente sanguíneo sin sufrir ningún proceso de transformación. Aproximadamente el 20% de alcohol es absorbido en el estómago y el 80% en el intestino delgado. Se distribuye en todos los tejidos, incluyendo la barrera hematoencefálica, la placenta y se secreta a través de la leche materna. Además atraviesa los pulmones donde es eliminado en unión al aire espirado en forma de vapor. El 95-98% del alcohol absorbido, es metabolizado y el restante, se elimina directamente a través de la orina, heces, sudor y aire espirado.

El alcohol es considerado como depresor del sistema nervioso central que simultáneamente puede generar efectos estimulantes consistentes en aumento de la frecuencia cardiaca y aumento de la frecuencia respiratoria. Cuando se consume una unidad de bebida estándar (10 gramos alcohol) la estimulación del sistema nervioso central inicia transcurridos 5 minutos y alcanzan el máximo efecto a los 30 o 45 minutos.

Los efectos inmediatos consisten en relajación y euforia. Sin embargo, conforme el consumo aumenta, los efectos se manifiestan mediante la reducción de las capacidades cognitivas, sensoriales (audición, visión) y motoras (lenguaje, acción de reacción, debilidad muscular). Puede aparecer vértigo, desequilibrio, náuseas y vómitos, incluso en situaciones extremas puede producir la pérdida de conciencia y coma.

El alcohol puede inducir conductas agresivas o sexuales de riesgo, debido a que reduce la capacidad cognitiva, y verbal, aumentando la probabilidad de violencia física (discusiones y agresión). En cuanto a la sexualidad, se cree que en bajas concentraciones el alcohol aumenta el deseo sexual, y cuando el consumo es excesivo provoca disminución de la respuesta sexual.

Por otro lado, las consecuencias del consumo de alcohol a largo plazo, consisten en la inducción de toxicidad sobre órganos y sistemas, dando origen a estados anticoagulantes, toxicidad hepática y toxicidad pancreática. Asimismo, dichos efectos dependen en gran medida del volumen de alcohol consumido (efectos negativos a partir de 10g/día) de los patrones de consumo (intensivo o atracones) y de la interacción con otros factores como la calidad de las bebidas y predisposición individual.

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