Actúa oportunamente contra el ACV

Reconozca el ACV y los  factores implicados en su aparición

¿Qué es un ACV?

Ante la pregunta ¿qué es un Accidente Cerebrovascular? Recordemos la explicación que dio el Dr. Franz Chávez en su artículo publicado en Scielo, respecto a esta enfermedad que cobra la vida de millones cada año alrededor del mundo. 


Chavez describió a los accidentes cerebrovasculares (ACV) como “todos aquellos trastornos en los cuales existe un daño en un área del cerebro que no permite el flujo vascular cerebral. Estos se pueden presentar en forma permanente o transitoria, y puede estar vinculada a eventos isquémicos, hemorrágicos y también los padecimientos en los cuales uno o más vasos sanguíneos presentan una alteración primaria por algún proceso patológico”.


De igual forma, explicó que cuando existe una disminución de los niveles de circulación cerebral por obstrucción o daño en una arteria que irriga al cerebro, inicia la inhibición de la síntesis de proteínas que puede conducir a la activación del metabolismo anaerobio de la glucosa; es decir sin oxígeno, y esto producirá un aumento de lactato, que es el producto final de la oxidación de la glucosa.


También habrá una disminución de los niveles de ATP, siendo esta la molécula energética del organismo. Así mismo, habrá una producción de radicales libres que, por ser grupos de átomos que tienen un electrón desapareado con capacidad de aparearse, serán muy reactivos y eventualmente agreden a la célula, provocando muerte de las neuronas por falta de requerimientos de nutrientes y oxígeno.


Adicionalmente, cuando se produce una falla general en las zonas irrigadas por estas arterias, se puede presentar un cuadro clínico acompañado de dificultad para hablar y entender, parálisis o entumecimiento del rostro, los brazos o las piernas. En este sentido, es importante reconocer qué es un ACV, cuáles son los tipos de accidentes que se pueden presentar y cuáles son los factores que influyen en la aparición de los mismos.


¿Qué tipos de ACV existen?


Además de identificar qué es un ACV, cabe recalcar la importancia de reconocer los diferentes tipos de accidentes cerebrovasculares y cómo se clasifican.


Accidentes cerebrovasculares isquémicos



Los accidentes cerebrovasculares isquémicos son ocasionados por una obstrucción y pueden ser de dos clases: trombótico o embólico.


  • Accidente cerebrovascular trombótico

Es el tipo más común, y se produce cuando un coágulo sanguíneo, denominado trombo, obstruye el flujo de sangre a ciertas partes del cerebro. El trombo puede formarse en una arteria afectada por aterosclerosis. La aterosclerosis es un proceso que se caracteriza por la acumulación de placa compuesta de grasa, colesterol, fibrina y calcio, en el interior de la arteria. A medida que la placa se acumula en las arterias, la sangre circula más lenta y dificultosamente, facilitando la coagulación.


  • Accidente cerebrovascular embólico

Es causado por un coágulo sanguíneo que se origina en otro lugar del organismo, generalmente el corazón, y viaja por el torrente sanguíneo hasta el cerebro. Este coágulo obstruye una arteria que conduce al cerebro o que se encuentra dentro de él, interrumpiendo el flujo de sangre al cerebro.


Accidentes cerebrovasculares hemorrágicos


Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos se ocasionan por un derrame cerebral, pueden ser de dos clases: hemorragia cerebral y hemorragia subaracnoidea.


  • Hemorragia cerebral

Es la presencia de sangre dentro del tejido cerebral, porque se ”sale” de las arterias que irrigan el cerebro. La forma más común es la ruptura de la una arteria por efecto de la hipertensión arterial, como suele ubicarse en una zona específica o lóbulo del cerebro también se habla de hemorragia lobar. La gravedad de la hemorragia cerebral depende de la cantidad de sangre derramada y de la zona del cerebro donde se localiza.


  • Hemorragia subaracnoidea

Es causada por un aneurisma cerebral, que es la dilatación anormal de una zona débil de un vaso sanguíneo que irriga el cerebro. Cuando el aneurisma se rompe, se produce un derrame de sangre en el espacio que rodea el cerebro, entre la fina capa que lo cubre -llamada aracnoides- de ahí su denominación más común: hemorragia subaracnoidea; en ocasiones la sangre también se ubica en el tejido cerebral.


 ¿Cuáles son los factores de riesgo asociados a la aparición de un ACV?


Si bien, para entender qué es un ACV, es necesario tener en cuenta los factores de riesgo que pueden desencadenar en estos accidentes y a partir de allí tomar las medidas correspondientes para prevenir este tipo de eventos que pueden ocurrir sin previo aviso y de manera súbita. 


  • Hipertensión Arterial

La hipertensión aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular y es considerado el factor más importante que puede ser controlado. Quienes padecen hipertensión tienen 5 veces más riesgo de presentar un ACV que una persona normal, ya que la presión arterial alta daña las paredes de las arterias, haciendo que estas sean más susceptibles a la acumulación de placa, lo que provoca una obstrucción o una reducción en el flujo de sangre. 


Diversos estudios han demostrado que 7 de cada 10 personas que sufren un primer infarto de miocardio y 8 de cada 10 personas que sufren un primer ictus presentan hipertensión o tensión arterial alta. La presión arterial consta de dos cifras: sistólica (o alta) y diastólica (o baja). Una lectura normal de la tensión arterial es inferior a 120 milímetros de mercurio (mmHg) en la sistólica y a 90 mmHg en la diastólica.


Por lo que si una persona presenta una presión arterial sistólica de 120-129 mmHg y una presión arterial diastólica de más de 80 mmHg, quiere decir que tiene una tensión arterial elevada. Mientras que, si la presión  sistólica es de 130-139 mmHg o una presión arterial diastólica de 80-89 mmHg, estará en Fase 1 de hipertensión. Por último, si la presión sistólica es de 140 mmHg o superior, o una presión arterial diastólica de 90 mmHg o superior, quiere decir que está en Fase 2 de hipertensión.


  • ¿Cómo prevenirla?

Como la mayoría de los factores de riesgo, la hipertensión puede prevenirse cambiando o teniendo hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida más activo.  Es imprescindible controlar el consumo de sodio (sal) y aumentar la ingesta de alimentos ricos en potasio, bajos en grasa, frutas, verduras y granos enteros. 


La dieta la debe recomendar tu médico de cabecera, pues cada organismo es diferente por lo que cada dieta debe ajustarse a las necesidades de cada persona. En cuanto a la actividad física se recomienda por lo menos dos horas y media de ejercicio aeróbico a una intensidad moderada por semana o una hora y cuarto por semana a una intensidad alta. 


Otros métodos de prevención es tener un peso saludable, es decir que no estemos en los índices de sobrepeso u obesidad. Evitar, en lo posible, el consumo excesivo de alcohol y cigarrillo y, algo que cada vez es más recurrente y a lo que muchos no le prestan demasiada atención es al estrés. Es fundamental controlar el estrés o mantener bajos niveles del mismo. 


Si quieres conocer más sobre hipertensión, te invitamos a leer el siguiente artículo: Relación hipertensión y riesgo cerebrovascular


  • Diabetes Mellitus

La diabetes es un factor de riesgo independiente y también controlable, además de tener una fuerte correlación con la Hipertensión Arterial y las Dislipidemias. Esta enfermedad se caracteriza por un aumento del azúcar (glucosa) en la sangre, así que si el nivel de glucosa en la sangre en ayunas es de 110 miligramos por decilitro (mg/dL) o mayor la persona que lo presenta tiene un alto riesgo de enfermedad cerebrovascular. 


Quienes padecen diabetes tienen dos veces más probabilidad de presentar un evento isquémico, que aquellas sin diabetes. Además, las personas con diabetes también pueden desarrollar enfermedades cardiacas a una edad mucho más temprana que aquellas que no la sufren. Quienes presentan una prediabetes tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, la cual puede derivar en un ACV o en enfermedades cardiacas.  Para conocer más sobre la diabetes de tipo 2, haz clic en el siguiente enlace: Información clínica de la Diabetes tipo II


Ahora bien, la diabetes puede derivar en un accidente cerebrovascular porque se producen cambios en el metabolismo de los lípidos y estos a su vez favorecen la formación de ateromas o placas en las arterias. Es bien sabido que el organismo usa el azúcar como fuente de energía y esta proviene de los alimentos que consumimos; para que la glucosa entre en las células y proporcione energía, es necesaria la participación de una hormona conocida como insulina, que el cuerpo genera en cantidades adecuadas para regular el azúcar que circula en la sangre, y la manera como entra en las células de todo el organismo.


  • ¿Cómo prevenirla?

Los métodos para prevenir la diabetes están enfocados en limitar el consumo de alimentos con alto contenido de glucosa y en disminuir el colesterol de la dieta.

También es clave controlar la presión arterial, realizar actividad física con regularidad, dormir lo suficiente, mantener un peso saludable y perder grasa del vientre, no consumir bebidas alcohólicas  y dejar de fumar cigarrillo o cualquier producto que tenga tabaco. 

 

  • Tabaquismo

El tabaquismo se acompaña de dependencia a la nicotina y es considerado como una sustancia altamente dañina para la salud,  pues el humo del tabaco contiene más de 7000 sustancias químicas, de las cuales al menos 250 han sido identificadas como perjudiciales para la salud y al menos 70 son carcinogénicas.


El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular u otras enfermedades están relacionadas con el consumo habitual del tabaco, profundidad de la inhalación, la edad de inicio de la dependencia y la duración total en años del consumo de tabaco (tiempo dependiente), es un factor de riesgo cada vez más común en adolescentes y adultos que ven en el cigarrillo una manera de liberar estrés.


Para entender la conexión entre el tabaquismo y el ACV, hay que comprender que el consumo constante de esta sustancia activa numerosos efectos fisiológicos y condiciona respuestas patológicas en el endotelio de los grandes y pequeños lechos vasculares del corazón y del cerebro. El tabaco incrementa los niveles de LDL (lipoproteína de baja densidad), de ácidos grasos libres, de la hormona de crecimiento, del cortisol, de la ADH, de la glucosa, del glicerol, de lactato y de piruvato: y disminuye los de HDL (lipoproteína de alta densidad que tiene efecto protector y anti-aterogénico).


Al incrementar estas sustancias, se promueve el daño endotelial favoreciendo la formación de placas de ateroma, las cuales se forman en el endotelio (o pared interna) del vaso y estimulan la agregación y adhesividad plaquetarias, todo ello está en el origen de los fenómenos protrombóticos.


Fumar cigarrillo aumenta hasta en 100 veces la adhesividad plaquetaria y disminuye la producción de sustancias vasodilatadoras e incrementa la actividad de los factores vasoconstrictores y la viscosidad del plasma promoviendo la formación del trombo. Eventualmente, los trombos pueden ocluir los lechos vasculares del corazón y dar origen a infartos o pueden ocluir las arterias que irrigan el cerebro y dar origen a un accidente cerebrovascular. La probabilidad de los fumadores de tener un ACV es cuatro veces mayor que la de los no fumadores.


  • ¿Cómo prevenirla?

La única solución para contrarrestar esa probabilidad de un evento isquémico mediante el consumo de tabaco, es dejar por completo el cigarrillo, pues está comprobado que reducir la dosis diaria o la cantidad de cigarrillos al día no ayuda en absoluto a disminuir el riesgo de padecer un ACV. 


  • Dislipidemias

La dislipidemia se refiere a niveles elevados o no saludables de uno o más tipos de lípidos (grasas) en la sangre. Existen varios tipos de lípidos en nuestra sangre: 


  1. El colesterol total
  2. Las Lipoproteínas de alta densidad (HDL) 
  3. Las Lipoproteínas de baja densidad (LDL)
  4. Los Triglicéridos


El término dislipidemia indica que los niveles de LDL o de triglicéridos son altos y también puede significar que los niveles de HDL son están bajos. El colesterol LDL se considera el tipo de colesterol "malo". Esto se debe a que puede acumularse y formar grupos o placas en las paredes de las arterias. Por su parte, el HDL es el colesterol "bueno" porque ayuda a eliminar el LDL de la sangre.


Los triglicéridos proceden de las calorías que ingerimos pero que no usamos inmediatamente. Éstos se almacenan en las células grasas y se liberan como energía cuando los necesitamos. Sin embargo, si comemos más calorías de las que necesitamos y usdamos, puede producirse una acumulación de triglicéridos.


Es así como los niveles elevados de LDL y triglicéridos aumentan el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un ACV, mientras que los niveles bajos de HDL está relacionado con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. 


Hay varios comportamientos que pueden conducir a la dislipidemia. Entre ellos se encuentran: el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo, el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y en grasas trans. Quienes sufren de esta enfermedad tienen 5 veces más probabilidades de tener un accidente cardiovascular. 


  • ¿Cómo prevenirla?

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos. El primer paso es cambiar la dieta y este cambio debe incluir el consumo de menos grasas saturadas, azúcares refinados y alcohol. Aumentar el consumo de frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales. 


Si tiene antecedentes familiares de colesterol alto, es fundamental llevar una vida sana antes de que los niveles de colesterol empiecen a moverse hacia niveles poco saludables.


  • Enfermedad Cardíaca

Sobre todo la fibrilación auricular, ya que se considera el segundo factor de riesgo más importante de ACV cardioembólico. Además, los Infartos Agudos del Miocardio son la causa mayor de muerte entre los sobrevivientes de los accidentes cerebrovasculares.


  • Enfermedad Carotídea
  • Arterioesclerosis
  • Disección arterial
  • Displasia Fibromuscular
  • Arteritis de Takayasu.
  • Enfermedad de Moya-Moya
  • Radiación


  • Factores socioeconómicos y genéticos


Pero no solo los factores de riesgo se derivan de las enfermedades, existen condiciones socioeconómicas y genéticas que pueden influir en la aparición un ACV. Por ejemplo, la incidencia aumenta un 10% por año después de los 45 años y la posibilidad de tener un ACV es más del doble por cada década de vida después de los 55 años. Aunque el ACV es común entre gente mayor, un sustancial número de personas menores de 65 años también lo sufren.


Tanto el género como la raza influyen en la posibilidad de padecer de un accidente cardiovascular. En ese sentido, la incidencia del ictus en los hombres es aproximadamente un 30% mayor que en las mujeres, un meta-análisis de los datos estratificados por edad de 44 estudios en 19 países mostró heterogeneidad por edad, con la relación de la tasa de incidencia entre hombres y mujeres un 45% más alta de 45 a 64 años, un 21% más alta de 75 a 84 años, y solo un 9% más alta a edades superiores a 85 años. 


De acuerdo a American Stroke Association, los afroamericanos tienen una mayor prevalencia de ictus y mayor tasa de mortalidad por ictus que cualquier otro grupo racial. Además de lo genético, la situación económica del país tiene incidencia en esta enfermedad, pues aquí privan elementos de tipo alimentario y poca cultura del ejercicio y hábitos sanos. Ingesta excesiva de alcohol y drogas. Mayor exposición a sepsis (endocarditis bacteriana) y estados procoagulantes.


Esperamos que hayas podido despejar varias de tus dudas sobre los accidentes cerebrovasculares y aunque existen muchos más factores que pueden derivar en este tipo de eventos, los que mencionamos son los que consideramos más importantes y relevantes.


Puedes conocer otros factores de riesgo y conocer más sobre el ACV en nuestro blog y página web

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