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¿Cómo detectar la isquemia cerebral? Conoce los síntomas que te alertarán

Isquemia cerebral

isquemia cerebral

La isquemia cerebral es una condición médica que ocurre cuando el cerebro no recibe suficiente suministro de sangre y oxígeno. Es considerada una lesión cerebral aguda y representa una emergencia médica, ya que si no se trata a tiempo, puede provocar infartos cerebrales, encefalopatía hipóxica-isquémica global o accidente cerebrovascular isquémico que puede provocar discapacidad permanente o incluso la muerte.


Las arterias en condiciones normales presentan un diámetro de tal manera que permite el flujo sanguíneo continuo para la correcta perfusión de los tejidos. Sin embargo, según la
National Stroke Association, existen casos donde una arteria puede ser obstruida por una placa o por un coágulo sanguíneo, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y causa una isquemia cerebral.


Es importante comprender las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento para esta afección para estar alertas y protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. Por esta razón, aquí te compartimos todo lo que debes conocer. 


Tipos de isquemia cerebral


El oxígeno y los nutrientes vitales que nuestro organismo necesita para funcionar se transportan en la sangre por medio de las arterias y los vasos sanguíneos trasportan la sangre rica en nutrientes a todas las partes del cuerpo. Las arterias que se encargan de llevar la sangre al cerebro tienen un camino que le permite llevar el suministro suficiente a cada región del cerebro. 


¿Qué pasa cuando se presenta una interrupción del flujo de sangre al cerebro?
Un déficit, incluso temporal, de sangre al cerebro  puede afectar la región del cerebro. Cuando las células cerebrales se ven privadas de oxígeno durante unos minutos esto conduce a daños graves que pueden causar la muerte del tejido cerebral. 


A raíz de lo que sucede con la interrupción de sangre hacia el cerebro, existen dos tipos principales de isquemia cerebral:


  • Isquemia cerebral focal: este tipo de isquemia ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo del cerebro, lo que bloquea el flujo de sangre a un área específica del cerebro. Esto puede resultar en un accidente cerebrovascular, que puede causar daño cerebral permanente o la muerte.
  • Isquemia cerebral global: este tipo de isquemia ocurre cuando el flujo de sangre a todo el cerebro se reduce o se interrumpe, a menudo como resultado de un paro cardíaco, hipotensión grave o insuficiencia respiratoria. Esto puede causar un daño generalizado en el cerebro, lo que lleva a un deterioro cognitivo o coma.


Ambos tipos de isquemia cerebral requieren atención médica inmediata para minimizar el riesgo de complicaciones y mejorar las posibilidades de una recuperación exitosa.


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¿Cuáles son las causas de la isquemia cerebral?


La isquemia cerebral puede ser causada por una variedad de factores que incluyen coágulos de sangre, vasos sanguíneos estrechos o sangrado en el cerebro
. Sin embargo, la causa más común de isquemia cerebral es un coágulo de sangre o un estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro.


A continuación, te presentamos otras causas de isquemia cerebral:


  • Embolia: se trata de coágulo de sangre, burbuja de aire, gota de grasa, cúmulo de bacterias o células tumorales, que se forman en alguna parte del cuerpo y viajan al cerebro, bloqueando el flujo de sangre.
  • Aterosclerosis: es la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias que suministran sangre al cerebro, lo que provoca un estrechamiento y una disminución del flujo sanguíneo.
  • Disección arterial: es un desgarro en el revestimiento de una arteria en el cuello o la cabeza, que puede bloquear el flujo de sangre o causar la formación de un coágulo de sangre.
  • Vasculitis: inflamación de los vasos sanguíneos, que puede causar estrechamiento y disminución del flujo sanguíneo.
  • Hemorragia: sangrado en el cerebro, que puede interrumpir el flujo sanguíneo y causar isquemia.
  • Presión arterial baja: una caída repentina de la presión arterial, que puede causar una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
  • Insuficiencia cardíaca: cuando el corazón no puede bombear sangre de manera efectiva, puede provocar una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
  • Trastornos de la sangre: ciertos trastornos de la sangre, como la anemia de células falciformes o la policitemia, pueden aumentar el riesgo de coágulos de sangre e isquemia.
  • Abuso de drogas: excederse con las sustancias psicoactivas, particularmente con cocaína o anfetaminas, puede provocar la constricción de los vasos sanguíneos y una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
  • Infecciones: ciertas infecciones, como la meningitis o la endocarditis, pueden causar inflamación y estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.


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Diagnosticar isquemia cerebral

¿Cuáles son los síntomas de una isquemia cerebral?


Teniendo en cuenta que el tejido cerebral depende directamente del aporte constante de oxígeno y nutrientes para funcionar correctamente, cuando se desarrolla una isquemia cerebral se ocasionan diversas alteraciones funcionales. Las manifestaciones clínicas dependerán de la arteria afectada, de la gravedad y de la extensión del tejido lesionado.


Los síntomas comunes de isquemia cerebral incluyen:


  • Debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo
  • Dificultad para hablar o entender el habla
  • Problemas de la vista, como visión borrosa o pérdida de la visión en un ojo
  • Mareos o pérdida del equilibrio
  • Dolor de cabeza intenso
  • Confusión o pérdida de memoria
  • Dificultad para tragar 
  • Caída de una parte del rostro
  • Pérdida del conocimiento o coma


Estos síntomas se pueden identificar mediante el acrónimo AHORA


A: No puedes alzar las manos

H: Se te dificulta hablar

O: Visión alterada por un ojo

R: Rostro o cara torcida

A: ¡Actúa!


En caso de experimentar alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica de inmediato, ya que la isquemia cerebral puede provocar complicaciones graves si no se trata a tiempo.


¿Cómo se diagnostica la isquemia cerebral?


La isquemia cerebral se puede diagnosticar a través de una combinación de examen físico, pruebas de imagen y otros procedimientos de diagnóstico.
Algunos de los métodos comunes utilizados para el diagnóstico de esta afección son:


  • Examen físico: el médico examinará el sistema nervioso del paciente y buscará síntomas como debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas, dificultad para hablar o comprender el habla, confusión o pérdida del conocimiento.
  • Pruebas de imagen: los médicos pueden solicitar pruebas de imagen, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear para detectar cualquier anomalía en el cerebro.
  • Electroencefalograma (EEG): esta prueba mide la actividad eléctrica del cerebro y puede ayudar a diagnosticar la isquemia cerebral.
  • Ultrasonido carotídeo: por medio de ondas de sonido se crean imágenes de las arterias carótidas en el cuello. La prueba puede detectar cualquier bloqueo o estrechamiento de las arterias que suministran sangre al cerebro.
  • Angiografía: consiste en inyectar un tinte en los vasos sanguíneos y usar rayos X para visualizar el flujo de sangre al cerebro.
  • Análisis de sangre: se pueden realizar análisis de sangre para detectar afecciones como colesterol alto o diabetes, que pueden aumentar el riesgo de isquemia cerebral.


Tratamiento para la isquemia cerebral


El tratamiento de la isquemia cerebral depende de la causa y la gravedad de la afección.
El objetivo principal del tratamiento es restaurar el flujo sanguíneo y prevenir un daño  mayor al cerebro. Las opciones más utilizadas son: 


  • Medicamentos: Los medicamentos trombolíticos como el activador tisular del plasminógeno se pueden utilizar para disolver los coágulos sanguíneos y restablecer el flujo sanguíneo. Los medicamentos antiplaquetarios como la aspirina, el clopidogrel o el ticagrelor pueden prevenir la formación de coágulos de sangre y reducir el riesgo de futuros accidentes cerebrovasculares.
  • Trombectomía mecánica: Este procedimiento implica el uso de un catéter para extraer el coágulo de sangre de la arteria afectada.
  • Cirugía: En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para eliminar una obstrucción o para reparar un vaso sanguíneo dañado.


Tras recibir el tratamiento adecuado para mitigar el daño en el cerebro, es posible que los pacientes necesiten rehabilitación y la implementación de nuevos hábitos de vida.


  • La rehabilitación es necesaria: Después del tratamiento de la isquemia cerebral, la rehabilitación ayuda a los pacientes a recuperar las capacidades perdidas y prevenir futuras complicaciones.
  • Cambios en el estilo de vida: Hacer cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y controlar la presión arterial y los niveles de colesterol, puede ayudar a prevenir 


¿Es posible prevenir una isquemia cerebral?


Si bien no siempre es posible prevenir la isquemia cerebral, hay pasos que las personas pueden poner en práctica para reducir el riesgo de padecerla: 


  • Controlar la presión arterial: la presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro, lo que aumenta el riesgo de isquemia cerebral. Es clave monitorear la presión arterial con supervisión médica. 
  • Controlar el nivel de azúcar en la sangre: la diabetes puede aumentar el riesgo de isquemia cerebral. Si tienes diabetes, trabaja con el médico para controlar los niveles de azúcar en la sangre.
  • Abandonar el cigarrillo: fumar puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de isquemia cerebral. Dejar de fumar puede reducir significativamente su riesgo.
  • Practicar ejercicio regularmente: la actividad física regular puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y reducir el riesgo de isquemia cerebral.
  • Adoptar una dieta saludable: comer una dieta saludable que sea baja en grasas saturadas y alta en frutas y verduras puede ayudar a reducir el riesgo de isquemia cerebral.
  • Controle el estrés: el estrés crónico puede aumentar el riesgo de isquemia cerebral. Manejar el estrés a través de técnicas de relajación, ejercicio y otras actividades para reducir el estrés puede ayudar a reducir su riesgo.


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La
isquemia cerebral es una afección médica grave, comprender las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento es importante para prevenirla y controlarla. Mantener un estilo de vida saludable y controlar las afecciones médicas subyacentes puede ayudar a reducir el riesgo de isquemia cerebral y mejorar la salud en general. 


Si deseas obtener más información sobre la isquemia cerebral, te invitamos a visitar nuestro
blog. En Recavar trabajamos para que conozcas los síntomas y las causas de los accidentes cerebrovasculares para que cuides de ti y de tus seres queridos.

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