Después de padecer un ataque cerebrovascular, lo primero que se piensa es en las consecuencias físicas, y por ende visibles, que este deja. Para la pérdida de capacidades motrices y cognitivas, los profesionales especializados (fisioterapeutas y terapistas ocupacionales) llevan a cabo tratamientos y terapias interdisciplinarias con el fin de mejorar las capacidades físicas y mentales alteradas o perdidas como consecuencia del ACV.
No obstante, y con frecuencia se dejan de lado las secuelas emocionales y psicológicas que puede padecer alguien que ha sufrido un ataque cerebrovascular, como la depresión y la ansiedad. Estas condiciones afectan de forma negativa al proceso de rehabilitación de las distintas capacidades físicas pérdidas.
Como ya se ha mencionado, una persona que sufre un ACV en muchas ocasiones llega a presentar secuelas, estas pueden generar que el paciente pierda su autonomía e independencia. Esto significa que ellos, dejan de realizar las actividades que antes les eran cotidianas y que podían llevar a cabo sin ayuda; trabajar, comer, cocinar, caminar, hablar, recordar, memorizar, entre otras. Como consecuencia de esta dependencia, se empieza a producir baja autoestima, estrés y tristeza profunda, emociones que repercuten fuertemente en su salud mental.
Así pues, la depresión es una de las enfermedades o alteraciones psicológicas que más presentan las personas que han padecido un ataque cerebrovascular, esta condición va acompañada de ansiedad, sentimiento de miedo y agitación, que varían según la gravedad de las secuelas que haya dejado el ACV.
Te invitamos a leer el blog sobre: ¿Cuáles son los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular?
El trastorno depresivo es un tipo de cambio en la condición mental que genera alteración en el estado de ánimo. Esta condición lleva el estado anímico a la sensación permanente de tristeza. Paralelamente, hay una pérdida de interés en la realización de las actividades, personales y sociales, que antes se llevaban a cabo con regularidad.
Este trastorno afecta el comportamiento, los sentimientos y el pensamiento de la persona que lo padece, por lo que llega a causar varios problemas tanto físicos como emocionales. Es por esto que, al caracterizarse por la presencia de sentimientos de tristeza y de alteraciones en el comportamiento y el pensamiento, puede causar:
A pesar de que no todas las personas que tiene depresión presentan los mismos síntomas, los signos más comunes y habituales son:
También te podría interesar:
¿Cuál es la influencia de las redes sociales en la salud mental?
Es fundamental resaltar que la familia y en especial la persona encargada de acompañar al paciente (también denominada cuidador), juegan un papel muy valioso en el proceso de recuperación. La perseverancia y la calma son cruciales al momento de incentivar a la rehabilitación tanto física como mental del afectado por el ACV.
Se recomienda tener paciencia con la persona que sufrió el ataque, incentivarlo a que ejecute todas aquellas actividades que hasta el momento puede llevar a cabo por su propia cuenta. Esto fomentará la autonomía e independencia y disminuirá los posibles sentimientos de frustración y estrés en los pacientes, asimismo, estos factores se podrán potencializar si se complementa con las terapias de rehabilitación realizadas por los especialistas.
La familia y el entorno social de la persona que ha sufrido un ACV debe ser optimistas, ya que este debe contar con apoyo incondicional. Lo más aconsejable es evitar las situaciones de estrés o problemáticas en donde se pueda recalcar la dependencia de los afectados, pues esto puede provocar que aumente el cuadro depresivo del paciente y se generen otros síntomas.
La mejor opción para tratar la depresión luego de haber presentado un ACV es acudir a profesionales especializados en salud mental, como lo son los psicólogos y los psiquiatras. Entre ellos y el médico tratante y mediante un abordaje interdisciplinario, se podrán reducir los síntomas y dolencias que el trastorno depresivo genera.
El psicólogo, por medio de terapias y abordajes comunicativos, permitirá que el paciente pueda reconocer sus sentimientos y emociones, ayudándole así a mejorar sus comportamientos y la manera como se expresa. El psiquiatra puede ordenar un tratamiento farmacológico y biológico para controlar las sintomatologías presentes en la depresión.
La depresión tiene graves efectos tanto en las personas que la padecen como en los familiares y personas cercanas a ellos. Esta condición puede empeorar si no hay un tratamiento oportuno, causando problemas en la salud y en los distintos aspectos de la vida.
Algunos ejemplos de las complicaciones que puede traer la depresión luego de un ACV son:
Es importante resaltar que si la persona que padece este trastorno mental tiene síntomas cada vez más fuertes, se solicite la ayuda de profesionales especializados en el área. Ellos ayudarán a establecer estrategias y tratamientos que mejorarán la calidad de vida del paciente.